Los arquitectos y urbanistas son el instrumento, la herramienta que interpreta las necesidades de la sociedad para concretar una ciudad más humana y en función de las necesidades de cada uno de sus habitantes.

Una de las grandes preocupaciones que se tienen en la Facultad de Arquitectura de la UPAEP y la universidad en general, es lograr que la sociedad tenga una forma de convivencia mucho más humana, así como recuperar esa parte de la humanización del espacio, de sus procesos y de sus dinámicas que como sociedad se han estado perdiendo poco a poco y de forma acelerada por la modernidad.

Si se comienza a trabajar por una apropiación social, seguramente se tendrá una ciudad y sociedad más sana, que va a poder enfrentar mejor sus necesidades y ofrecerán condiciones positivas para el desarrollo de la comunidad y a la vez, permitirá a la sociedad promover la identidad, la inclusión y el respeto al medio ambiente, enfatizó Octavio Flores Hidalgo, catedrático de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP.     

A partir de la pandemia del Covid-19, se vivieron una serie de fenómenos que no estaban en las manos de las personas, como es la misma presencia de la enfermedad que parece estar más controlada, pero la parte de las secuelas que ha dejado, es el camino que estamos comenzando, camino que tiene que ver el cómo estamos viviendo en el espacio urbano, cómo se ha vivido previamente y de cómo lo vemos de manera sana y responsable, mejorar nuestras condiciones de vida.

Dijo, pareciera contradictorio, pero no somos los arquitectos o urbanistas, los más indicados para embellecer la ciudad, nosotros somos el instrumento, la herramienta que interpreta las necesidades de la sociedad para concretar una ciudad más humana y en función de las necesidades de cada uno de sus habitantes.

Indicó que uno de los grandes cambios que se están viviendo socialmente son el cambio de lo rural a lo urbano, porque ahí van incluidos valores y actitudes, son procesos que la gente misma ha cambiado al darse una migración de un lugar a otro, y que va cambiando sus formas de vivir y de pensar, y que a la vez provocan un sentimiento general de falta de normas y seguridad por no saber a dónde se está metiendo la gente y de cómo se incorporan a determinados grupos sociales.

Flores Hidalgo advirtió que por el ritmo de vida que se lleva, estamos formando ciudades funcionales a partir de los vehículos, a partir del transporte y del flujo de mercancías y personas, y se nos está olvidando la vida y la humanización del territorio.